autoestima

La importancia de amarse

Autoestima

La autoestima refleja la percepción que tenemos de nosotros mismos en relación a las habilidades para superar los retos que la vida nos plantea y a nuestro derecho a ser feliz. Habla de la capacidad de amarnos de forma incondicional, de la confianza que tengamos en lograr los objetivos que nos propongamos.

La autoestima puede potenciarse, por eso se habla de aumentar o elevar la autoestima. Querernos, escucharnos y respetarnos, no significa caer en el egoísmo o narcisismo.

La capacidad de amar a otros, no se anula por potenciar la valoración de uno mismo

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Por el contrario, cuando las relaciones con los demás: la pareja, hijos, padres, amigos, etc… son insanas, pueden llevar asociadas la pérdida moderada o severa de la autoestima; un consejo: si la forma en que quieres a otros deriva en que dejes de cuidarte y amarte, detente un momento y analiza qué está ocurriendo. Las relaciones sanas se basan en la confianza y respeto mutuos.

La baja autoestima produce sentimientos de inutilidad e inseguridad

Las personas que la padecen tienen dudas sobre sí mismas, sentimientos de culpa y miedo a participar plenamente en la vida.  Pensamientos negativos del tipo  “soy poca cosa” o “para que me esfuerzo si todo me sale mal”, suelen ser constantes.

La desvalorización hace referencia a una forma de vivir en la que se ignoran los recursos propios, las virtudes y el potencial real con el que se cuenta. Es como vivir de espaldas a lo que somos y sentimos y a lo que podemos llegar a conseguir.

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Cómo se construye la autoestima

Desde el nacimiento, los estímulos externos influirán en nosotros, e irán configurando una huella emocional que influirá en las conductas futuras. Las personas de la familia (padres, abuelos, tíos…) y las del entorno escolar posteriormente (profesores, compañeros…) serán clave en el desarrollo de la autoestima del niño o niña.

Aprenderemos así si vamos a poder ser felices o lograr nuestros objetivos o si por el contrario estamos destinados a fracasar en la vida. Funciona como una especie de espejo que refleja una imagen de nosotros mismos, que podrá ser positiva o negativa.

De esta forma interiorizamos que somos inteligentes, sanos, atractivos, valiosos, respetados o amados, o por el contrario, que somos torpes, enfermos, feos, desvalorizados, no respetados, odiados o abandonados.

Hay elementos que perturban la construcción de la autoestima, como la sobre protección de los padres, escuchar palabras que hieren, la indiferencia, las críticas destructivas, el “tirar la toalla” ante las dificultades, las expectativas elevadas o inexistentes, la falta de constancia, el maltrato físico y psicológico, el fracaso escolar, etc…

La persona puede tener miedo a no ser aceptada, escondiendo ante los demás quién es

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Para quererse no hace falta ser perfecto,… nadie lo es. Cada persona es única e irrepetible. Con lo que somos es suficiente para “funcionar”, tan solo hemos de ser conscientes de todo lo bueno que hay en nosotros e interiorizarlo.

Sentir que si “encajamos”, que tenemos mucho que ofrecer y recibir

No hay que  permitir que las circunstancias que toque afrontar en la vida, ni los resultados adversos que se puedan obtener en un momento dado, mermen la capacidad de amarse.

La autoestima tiene que ver con la confianza en uno mismo, la autoafirmación, la imagen de sí mismo (lo que la persona percibe de sí misma) y el yo ideal, lo que la persona desearía ser.

Tener autoestima exige aceptarse a sí mismo tal y como es, controlar las emociones, negociar con los otros, aceptar lo que sucede, afirmarse frente a los demás, confiar en sí mismo y hacer frente al conflicto .

Una buena autoestima es incompatible con hacerse el víctima

La capacidad de controlarse y la autodisciplina son factores que favorecen una buena autoestima. La procastinación (hábito de retrasar o aplazar actividades o situaciones que deben ser atendidas) se alimenta de una falta de autodisciplina. Por ello, hacer de inmediato aquello que se debe hacer, aumentará la autoestima.

Un mayor conocimiento de uno mismo hará que mejore la autoestima. La psicoterapia puede ayudar a potenciarla y desarrollarla.

Somos lo que pensamos, 

Somos lo que miramos, 

Somos lo que escuchamos, 

Somos lo que amamos.

                       Rosette Poletti

anaolives.com